Krutaya peremena (2023)

Una vez, Andrey fue en contra de la tradición familiar y, dejando su carrera como maestro, se fue a Moscú. El negocio quebró y la única forma de mejorar las cosas era vender la casa familiar, en la que, según los rumores, vivió Pushkin. Pero hay un problema: para hacer un trato, es necesario obtener el permiso del padre, que está cumpliendo condena en una colonia y culpa a su hijo por ello. Para mejorar las relaciones, Andrey se las arregla y consigue un trabajo como maestro en una escuela nocturna en la colonia. Pero esto, al parecer, no es suficiente, y para demostrar la sinceridad de sus intenciones de volver a la enseñanza, Andrey simultáneamente consigue un trabajo como profesor de literatura en una escuela normal. Durante el día, inculca el amor por los hermosos adolescentes y, por la noche, por los prisioneros. Y no siempre está claro en qué escuela es más seguro trabajar.