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El trabajo de Paolo Macchiarini, quien se propuso revolucionar la medicina regenerativa en 2011 implantando tráqueas de plástico en pacientes desesperados por una cura. Pero Macchiarini mintió sobre su investigación y tres de los que trató murieron, mientras que a un cuarto más tarde se le extrajo la tráquea artificial. Un tribunal de apelaciones sueco condenó a Macchiarini el miércoles a dos años y medio de prisión. Ha negado haber cometido algún delito penal. Según Associated Press, el Tribunal de Apelación de Svea dictaminó que dos de los tres pacientes que murieron no requerían intervención de emergencia, mientras que el procedimiento en el tercero no estaba justificado. "Macchiarini se dio cuenta de que el riesgo de las intervenciones causaría daños corporales y sufrimiento a los pacientes y que, aunque tenía la esperanza de que el método funcionaría, se ha mostrado indiferente a los riesgos", habría dicho el tribunal.