Il destino degli uomini (2018)

En la noche del 10 de junio de 1918, el acorazado austriaco Santo Stefano se hundió gracias al almirante de la Armada italiana Luigi Rizzo. Solo a bordo de un pequeño Mas, una lancha rápida de asalto Rizzo fue el autor de la "Impresa di Premuda". Un episodio que entró en la mitología bélica, que ayudó a romper el equilibrio psicológico de la contienda en beneficio del ejército italiano, y marcó una irremediable grieta para el secular imperio austrohúngaro, que aquella noche vio el principio del fin. Un episodio del que quedan imborrables imágenes dramáticas originales del hundimiento del acorazado austriaco y sus tripulantes. Y que junto a otros memorables pasajes de la parábola de Rizzo es evocada en la película por el mismo almirante durante un duro interrogatorio, realizado en otra guerra, la Segunda, en una prisión por hombres del Tercer Reich. Para ellos, Rizzo seguía siendo el hombre de Premuda que había hecho estallar el honor de un imperio. El representante de una derrota aún presente, y del renacimiento de los italianos.