Nada Pode Ficar (2021)

Un artista, João Fiadeiro, y la compañía que mantiene, posponen y abrazan el final en la casa que habitaron durante las últimas décadas, en el corazón de una ciudad consumida por la gentrificación: Lisboa. Al desocupar ocupan, al disolverse permanecen juntos y al celebrar recuperan un proyecto de 30 años de antigüedad de la política nacional desafectada. ¿Qué queda cuando todo debe desaparecer? ¿Cómo se puede seguir adelante? Hacer una película es una forma de estar juntos. Reunirse es una forma de convertir el fin -de un proyecto, de una comunidad, de una forma de habitar la ciudad- en cosas por venir. Una película sobre finales se convirtió en la primera película de su director.