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Este es otro despegue del eterno cuento del chico pobre ama a la chica rica. En este caso, el pobre chico es un rudo chofer de yipni callejero con un corazón de oro, mientras que la chica es una altiva y bella heredera, que al principio no le daría la hora. El amor gana al final, pero solo después de que Jesús Calderón se ha probado a sí mismo, y la hermosa doncella en apuros ha aprendido a amarlo y confiar en él con todo su corazón.