Robinù (2016)

“Ciertas cosas hay que hacerlas ahora. De esta forma, si te condenan a 20 años, cuando salgas de la cárcel, todavía tienes toda una vida por delante” Así entiende el mundo de un ejército de “niños soldados” - niños que aprenden a disparar a los 10, que se convierten en asesinos experimentados a los 20 y, a menudo, no llegan a los 30. En Nápoles, en los últimos dos años, los adolescentes de gatillo fácil han librado una guerra olvidada que actualmente cuenta con al menos 60 muerto. Los lugareños los llaman "la paranza de los niños" (en la jerga criminal, paranza significa un grupo de camorristas), es decir, jóvenes rebeldes que están imponiendo nuevas reglas en el control del narcotráfico. Por primera vez en la pantalla, los verdaderos jefes bebés hablan de sí mismos de manera franca y sin mediaciones. Son jóvenes que se saltearon la escuela obligatoria y que a menudo apenas pueden hablar italiano; aún así, expresan sentimientos tan feroces y pasiones peligrosas cuyo poder disruptivo es totalmente desconocido para el país "normal".