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En el futuro, no hay prisiones. No hay instituciones con paredes altas y celdas con barrotes. En cambio, los condenados son puestos en coma y obligados a vivir su sentencia dentro de un sueño, con la realidad invertida, como víctimas de su propio crimen. ¿Mataste a la esposa de alguien? Tu sentencia es una vida en la que te han arrebatado a tu cónyuge, dejándote a duras penas y angustia mental. Pero para los 'reclusos' que son condenados injustamente y se ven obligados a vivir en su realidad alternativa de castigo sin conciencia de sus verdaderas circunstancias, ¿qué pasa con ellos? ¿Alguna vez escaparán? Esta es la historia de una de esas personas, y de aquellos que vienen a su rescate.