No es perverso ser homosexual, perverso es el contexto (1971)

Daniel, un joven de provincias llega a la ciudad y se mueve de una subcultura gay a otra. Sus aventuras comienzan en las calles de Berlín, donde el tímido moreno Daniel conoce a la rubia Clemens, quien lo invita a su casa a tomar un café y le ofrece un lugar para quedarse. Pronto, Daniel vive con Clemens y cree que ha encontrado el amor de su vida. Los dos intentan imitar un matrimonio burgués y su estilo de vida. Pero después de cuatro meses de tedio, Daniel es conquistado por un hombre mayor rico que lo atrae para que se mude a su villa, donde se encuentra con un grupo de homosexuales mayores, pretenciosos en su apreciación de las bellas artes y la música clásica, que lo adulan.