Constantes vitales (1986)

Dos médicos, padre e hijo, ocultan sus problemas con el alcohol y las drogas en esta potente mirada al abuso de esas sustancias que existe en la profesión médica. Asner interpreta a un cirujano bien considerado que se excede en el alcohol. Su hijo, que sigue los pasos de su padre, se ha vuelto adicto a la morfina y las anfetaminas. A diferencia de su padre, oculta por completo su uso, incluso de su propia esposa. Cuando el exceso de indulgencia de su padre se hace evidente, el hijo regresa a casa para ayudar en la práctica de su padre. Después de que el padre casi mata a un ciclista en un incidente por conducir ebrio, el hijo se enfrenta al padre. Pero el padre también se ha enterado de la adicción del hijo. Ninguno de los dos admitirá su necesidad de ayuda y, en última instancia, tendrá consecuencias trágicas.