Un virus no conoce moral (1986)

La directora Rosa von Praunheim, una abierta defensora de los derechos de los homosexuales (y, a pesar de su nombre de pila, ciertamente varón), utiliza actores no profesionales en esta historia de los efectos debilitantes que tiene la epidemia del SIDA en un país mítico llamado Alemania. El mismo VonPraunheim interpreta al dueño de una sauna gay, cuya única preocupación con respecto al SIDA es que probablemente lo lleve a la quiebra. Las cosas se vuelven personales cuando tanto el dueño como su amante se ponen en contacto con la enfermedad. A partir de este momento, las cosas se vuelven lo más surrealistas posible, con un editor de periódico que imprime información falsa sobre el SIDA para vender periódicos, una científica chiflada que realiza experimentos entre los gorilas africanos (uno de los cuales la viola), una enfermera bisexual que infecta deliberadamente a todos sus pacientes. para que todos sufran, y el gobierno reuniendo a las víctimas del SIDA y llevándolas a colonias remotas.