The Stolen Kiss (1920)

Felicia Day es criada en reclusión por su cariñoso pero estrecho abuelo, el mayor Trenton. Un día, Dudley Hamilt, un niño del coro, lanza su pelota a través de la cerca que separa la rectoría del patio de Trenton y se encuentra con Felicia, a quien le roba un beso. Trenton ve a los niños besándose y, sorprendido, envía a Felicia a Canadá. Pasan los años y Felicia, ya adulta, decide irse a Nueva York y ganarse la vida como costurera. Todavía anhela a Dudley, pero decide no verlo debido a su guardarropa anticuado. Con un talento natural para el baile, el lascivo director teatral Allen Graemer le ofrece a Felicia un trabajo, y ella acepta. Dudley, que asiste a una de sus actuaciones, reconoce a su amor perdido hace mucho tiempo y la sigue hasta su casa, donde la rescata de los avances de Graemer y admite su amor perdurable por la chica a la que le robó un beso.