La subasta (1935)

Oliver tiene problemas con su esposa después de no pagar el precio de los muebles, ya que le dio el dinero a Stanley, quien lo utilizó para pagarle a la señora Hardy su habitación y comida. Mientras lava los platos, Stanley convence a Oliver de retirar los ahorros de la familia y comprar los muebles directamente. Pero accidentalmente los despilfarran en una subasta, ya que compran un reloj de pie que se rompe de camino a casa. La reacción de la señora Hardy envía a Oliver al hospital, donde una transfusión de sangre de Stanley produce resultados confusos.