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En 1821, el marinero británico Phillip Wayne pone un pie en Nueva Zelanda, donde se hace amigo de una tribu maorí y de su jefe, Hongi Tepe. El jefe toma simpatía por Wayne y lo invita a regresar para establecerse. A su regreso a Inglaterra, el capitán de Wayne pregunta Cuando los agentes de aduanas detienen a Wayne y registran su cofre, descubren debajo de las sedas dos cabezas encogidas de guerreros maoríes. Wayne se da cuenta demasiado tarde de que su capitán está involucrado en tráfico de cabezas encogidas nativas que pueden alcanzar altos precios en el mercado ilegal de Inglaterra. Arrestado y condenado por el contrabando de este tipo de artefacto ilegal Wayne tiene prohibido trabajar como marinero y es multado. En esta etapa Wayne decide casarse con su prometida Marion y regresar a Nueva Zelanda para establecerse allí, trae consigo un puñado de colonos pero la convivencia con los salvajes, caníbales y guerreros maoríes no será fácil.