Muriel (1963)

En la ciudad costera de Boulogne, Hélène vende muebles antiguos y vive con su hijastro, Bernard, que ha vuelto del servicio militar en Argel. Un viejo amante de Hélène viene de visita, Alphonse, con su sobrina Françoise; él también ha vuelto de Argel, donde dirigía un café. Bernard habla de su prometida, Muriel, a quien Hélène no ha conocido. La narrativa, como la memoria y la intención, es nerviosa, el pasado oscurecido por la culpa, las percepciones erróneas y las posibilidades perdidas. Las apariencias engañan, las cosas cambian. Mientras Hélène y Alphonse intentan arreglar una renovación, todo el mundo parece fuera de lugar lo suficiente como para insinuar que no todo puede terminar bien. ¿Alguien puede conocer a otro?