Nebeto na Veleka (1968)

Marin, un hombre de mediana edad, regresa a su lugar de nacimiento. Han pasado casi veinte años desde que dejó estos lugares: la desembocadura de Veleka, para él el río más hermoso de la tierra. Bay Petko le da la bienvenida. En sus recuerdos, Martín se encuentra con los amigos de su juventud, con quienes ha llevado a cabo la colectivización de la agricultura. Recuerda algunos de sus errores. Sin pensarlo dos veces, habían expulsado a uno de los comunistas más concienzudos del partido, Parvan, quien tuvo el coraje de oponerse a sus desacertadas acciones. Acusado injustamente de hostilidad a los cambios revolucionarios, se suicida. La sabiduría y la calma del río eterno están por encima de las pasiones humanas. Incluso los recuerdos del ahorcamiento de los verdaderos enemigos, como el bandido Velev culpable de traición, crímenes y atropellos políticos, han comenzado a desvanecerse. El cabello canoso de Marín y las arrugas de su rostro dan testimonio de su dolorosa evolución interior.