Tango (1969)

La alta sociedad de la capital ha sido invitada a la fiesta. Los invitados discuten la retirada de los alemanes en el frente oriental. Havadzhieva, una atractiva intelectual, se da cuenta de que los intereses de su clase requieren hechos, no palabras. El fiscal estatal Yorgov levanta el teléfono y da permiso para proceder a la ejecución de tres resistentes antifascistas condenados a muerte. Al despedirse, el fiscal le pide a Havadzhieva que toque su tango favorito a la hora señalada para la ejecución. Esa misma noche, los amigos y familiares de los condenados oscilan entre el horror de la desesperación y la esperanza de un indulto. Otra noche de insomnio en el corredor de la muerte. Deprimidos por la interminable espera, los internos hablan de sus familias. Fuertes pisadas resuenan en el pasillo. Los tres se colocan debajo de la horca. Yorgov, sin embargo, prolonga los minutos de agonía, esperando el momento propicio para el tango.