Ghostdeath (2006)

Cuando a Marv le dicen que se ha recuperado completamente del cáncer de pulmón, se niega a creerlo y se convence a sí mismo de que murió. Su paciente pero neurótica esposa Tracey tiene que llevarlo a casa y de alguna manera transmitirle el mensaje de que en realidad está vivo. Marv se niega a escuchar y parece deleitarse con "ser un fantasma". Corre por la ópera de Sydney en pijama, ajeno a todas las miradas que recibe del público. De hecho, está encantado con su nuevo puesto sin responsabilidades.