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La escuela es el primer lugar donde nos sentimos parte de una historia común, la de una nación. Y, de hecho, la construcción de una escuela pública, abierta a todos, está íntimamente ligada a la construcción de la República Francesa. Desde hace 200 años, desde el certificado escolar hasta la escuela secundaria para todos, los franceses se han embarcado en la aventura del conocimiento. Valoran su escuela pública, gratuita y laica y, al mismo tiempo, nunca dejan de querer cambiarla. Tanto para los estudiantes como para los profesores, aprender y enseñar sigue siendo un calvario, lleno de trampas, malentendidos, descubrimientos y siempre emociones. Porque en Francia, la escuela está íntimamente ligada a la nación, es el lugar donde las historias de nuestra infancia se mezclan con la gran historia, una historia tumultuosa y apasionante, una historia francesa. En esta narración en dos partes, testigos, conocidos y desconocidos, docentes y alumnos confrontan sus memorias con la historia de la escuela, la historia de la nación desde la perspectiva de los niños.