Ont i själen (1981)

Hasta mediados de la década de 1960, el número de establecimientos aumentó significativamente en Suecia. En 1840 había poco más de 32 pacientes inscritos por cada 100.000 habitantes, en 1960 era casi 14 veces más. Esto fue parte del desarrollo del estado de bienestar y de la sociedad moderna. La idea era que los perturbados mentales recibieran atención calificada por parte de personal capacitado en los hospitales psiquiátricos. En 1967 se alcanzó el pico de Atención Mental con 487 pacientes por cada 100.000 habitantes. Desde entonces, la curva ha bajado. Nadie creía que la atención institucional fuera el único camino posible hacia la salud. En cambio, las salas psiquiátricas abiertas se encargarían de los enfermos.