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Un extraño le ofreció una gran cantidad de dinero a un fabricante de porcelana fallido para crear un jarrón qing-bai de alta calidad. Algún tiempo después de terminar el trabajo, el fabricante descubrió en una subasta de antigüedades de cerámica de la Dinastía Song del Norte que la pieza destacada era idéntica a la que había hecho para el cliente. Una investigación sobre una posible falsificación descubrió una conspiración que comenzó en 1949.