Marker (1995)

Richard DeMorra lleva muchos años distanciado de su padre, un hombre que se hizo a sí mismo y que hizo fortuna con el negocio del cultivo de rosas en Hawái. Cuando su padre muere, Richard vuelve a casa y descubre que su padre le ha dejado un legado inusual: un conjunto de marcadores. A lo largo de su vida, cada vez que se encontraba con alguien a quien consideraba una persona verdaderamente valiosa, el padre de Richard le daba un marcador acompañado de la promesa de que podría pedirlo en cualquier momento para cualquier favor que estuviera en su poder conceder. Richard decide aceptar el desafío y cada semana se le pide un nuevo marcador.