Twenty-One (1956)

Dos concursantes fueron colocados en cabinas de aislamiento separadas. A cada jugador se le daba por turno una categoría y se le preguntaba cuántos puntos, del 1 al 11, quería arriesgar. Los puntos aumentaban con la dificultad de la pregunta. Una respuesta correcta obtenía la cantidad de puntos indicada, mientras que una respuesta incorrecta hacía que se dedujeran los puntos de la puntuación del jugador. El primer jugador que consiguiera 21 puntos ganaba, a menos que el otro jugador igualara la puntuación y forzara un empate. Los jugadores también podían terminar el juego antes de tiempo si sentían que tenían suficientes puntos para ganar.