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Una colorida meditación sobre las estrellas, la naturaleza y las brillantes decoraciones del árbol de Navidad donde lo que parece cotidiano aquí adquiere un brillo mágico. Entre los años 1950 y 1970, la única fábrica de brillantina de Suecia estaba ubicada en una casa cerca de Västansjö en Dalarna. En el interior de la fábrica se materializaba el ir y venir anual de las estaciones. Brillo de árbol de Navidad en invierno, binoculares en primavera, lentes de sol en verano y cremalleras en otoño. Cuando se cerró la fábrica, se convirtió en el hogar de los abuelos del director Alexander Rynéus, que también fallecieron. Junto con sus padres, revisa los artefactos antiguos de la fábrica y la casa se convierte en una excavación arqueológica. Con una estética visualmente embriagadora, Alexander Rynéus te invita a 51 minutos de completa presencia. Y se nos recuerda que el mundo en el que vivimos es un lugar encantador. La llamada rítmica de una lechuza realza el estado de ánimo.