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Una película de acción estadounidense de bajo presupuesto celebró en 1988 un inesperado éxito mundial: "Bloodsport". Con él, el mundo de los cinéfilos y del cine de artes marciales descubrió un nuevo ídolo: Jean-Claude Van Damme. En los años 1970 estaba Bruce Lee, pero a finales de los años 1980 ganó un belga. Van Damme era un maestro de kárate y tenía una fuerza y flexibilidad incomparables. Durante diez años fue una de las estrellas de acción más populares de Hollywood. Pero el exceso de confianza y las drogas lo deprimen nuevamente. En Europa se convierte en el hazmerreír de los programas de entrevistas. Sólo con "JCVD" consigue recuperarse, interpretando a su personaje con perspectiva y ironía, pero sin renunciar nunca a la reputación que le dieron sus películas de acción y que es de culto desde hace varias generaciones. Los altibajos de su agitada vida se cuentan a través de imágenes de archivo y contribuciones de personas cercanas al popular actor belga.