Milano di carta (2021)

¿Qué queda de la publicidad cuando se hace trizas, cuando se detiene el juego de lo efímero sobre lo efímero en los tableros publicitarios, lágrima tras lágrima, papel tras papel? Pantallas desnudas, que ya no son vitrinas, que no buscan números, ni consentimiento, ni mercado. El acto fílmico, entonces, consiste en proyectar la textura microscópica del papel y su fibra sobre paneles publicitarios, alternando la relación entre lo grande y lo pequeño, entre la profundidad y la anchura. La mirada irradia fosfenos, ondas. Prefiere el polvo a las figuras, lo desconocido a las dimensiones, el sonido silencioso al clamor, la extensión a los objetos. Opone la epifanía y el asombro a la claridad de la visión.