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Llenos de confianza, 937 refugiados judíos abandonan el puerto de Hamburgo en 1939. La Alemania nazi detrás de ellos, la libertad frente a ellos. Una visa para Cuba promete una vida sin miedo. Pero La Habana niega la entrada. El capitán Schröder pone rumbo a los EE. UU. Washington también se niega a que el "St. Louis" haga escala en un puerto estadounidense seguro. Cuando Canadá también se niega a aceptar el barco, el viaje queda libre para la odisea en el Océano Atlántico. A bordo, las palabras suicidio y motín circulan. Menos de un mes después de zarpar del puerto de Hamburgo, el "St. Louis" llega a Amberes. Casi un tercio de los pasajeros serán asesinados por los nazis en los años siguientes. (Fuente: ARD)