Faith (2016)

El viaje de Faith hacia la autodestrucción se ve interrumpido varias veces. Primero por sus bien intencionados padres, luego por el instigador de su estado depresivo (su marido infiel) y finalmente por su vecino. Pronto se hace evidente que, además de estas pausas físicas, hay fuerzas invisibles, tal vez divinas, que trabajan duro para evitar que Faith se suicide. La película aborda con sensibilidad pero con franqueza el tema del bienestar mental y el suicidio. Se erige como un modesto rayo de esperanza en la oscuridad de la depresión y, si bien la película no necesariamente aprueba un acto de suicidio, examina circunstancias que podrían obligarnos a cualquiera de nosotros a considerar el acto supremo de autocontrol.