Mata Atlântica (2016)

Mata Atlántica es el nombre portugués que se le da a la selva que se extiende sobre más de un millón de kilómetros cuadrados de territorio brasileño.De tamaño drásticamente reducido desde la deforestación más reciente, hoy solo quedan fragmentos.Resguardada dentro de un parque ubicado en el corazón de Sao Paulo como un secreto abierto al público, se encuentra la extraña estatua de un animal salvaje, quizás la deidad conocida como Pan.Una joven está llamada a desentrañar el misterio de esta enigmática escultura: primero, a través de su joven amante, interpretado por el joven cineasta brasileño Gregorio Graziosi, cuyo cabello desordenado se asemeja a los cuernos de una sátira;la encuentra en un cine donde se proyecta una película francesa en blanco y negro;luego, a través de una elegante y discreta señora mayor que nos cruzamos en el parque.Esta película, donde ver no es garantía de protección alguna contra la desaparición de lo que acaba de aparecer, plantea la pregunta: ¿qué personajes no son seres encantados?La respuesta es que el bosque, como un salón oscuro, hace posibles los engaños.O más bien, parece proteger el resurgimiento arcaico de una fe antigua, espíritus de sitios, música divina apenas audible y dioses ocultos.Llegamos a comprender que en ese modo sensible, o incluso sensual, onírico y complejo tan característico de las películas de Klotz y Perceval, hay mucho más en juego que la ecología o el colonialismo.