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Daniel Cordus, nieto del guerrero africano Cordus, reclutado en 1831 para el ejército colonial en las Indias Orientales Holandesas, fue capturado como prisionero de guerra cuando el ejército imperial japonés invadió la colonia en marzo de 1942. Junto con sus dos hermanos mayores, fue puesto para trabajar a lo largo del Ferrocarril de la Muerte entre Birmania y Tailandia. Si bien el hermano de Daniel, Jan, no sobrevivió al cautiverio, su otro hermano, Jozef, murió durante la guerra civil que asoló la colonia justo después de la guerra. Como ciudadanos holandeses, los descendientes de guerreros africanos se vieron obligados a abandonar la nueva república de Indonesia en 1950. A lo largo de los años en los Países Bajos, Daniel Cordus ha luchado por el reconocimiento de todos los indoafricanos que han muerto por la bandera holandesa. Setenta años después de su cautiverio, finalmente regresa a Birmania para visitar la tumba de su hermano Jan.