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El capitán de la selección nacional rusa, Yuri Stoleshnikov, no marcó un penal en los últimos minutos del partido decisivo de clasificación para la Copa del Mundo con la selección de Rumania. Luego derriba a un oponente, le grita al juez, recibe una tarjeta roja y, saliendo del campo, comienza una pelea con los fanáticos. Como resultado, el equipo pierde 0: 1, y Stoleshnikov recibe una descalificación anual, abandona el "Spartak" y decide retirarse. Dos años han pasado, Stoleshnikov nunca encontró un trabajo. De repente, se le ofrece el puesto de entrenador en jefe del equipo "Meteor" de Novorossiysk, que juega en la segunda liga del campeonato ruso.