There's Still Good (2017)

There's Still Good es un cortometraje sobre el peligro de una sola historia. La historia se presenta a través de Will (Kevin Kumasamba), un joven estudiante negro de Ciudad del Cabo que viaja a los suburbios con su novio blanco, K (Kieran McGregor), para conocer a Joy (Laura Bosman), la madre de K. En la cena, Joy le pregunta a Will cuál es su nombre 'africano' y los personajes se ven obligados a cuestionar sus respuestas a una situación incómoda que ha surgido como resultado del acceso de Joy a una sola comprensión de los sudafricanos negros. La película no ofrece una resolución, y los chicos abandonan la casa la tarde siguiente, su relación irrevocablemente alterada.