Here Comes Cookie (1935)

Al millonario Harrison Allen le preocupa que su hija Phyllis esté saliendo con un buscador de oro, así que, para probar la lealtad del hombre, cede toda su fortuna a su otra hija Gracie. Con la impresión de que su padre quiere que la familia sea lo más pobre posible, Gracie convierte la mansión de la familia en un hogar para actores desempleados, donde les proporciona alojamiento y comida sin cargo. Desafortunadamente, el Sr. Allen tenía razón en sus suposiciones sobre el novio de Phyllis, Ramon, y una vez que el hombre se entera de que Gracie es la que tiene todo el dinero, se pone a intentar cortejarla para que se case.