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Como sugiere el título "El corazón de la reina", esta primera versión alemana en blanco y negro del reinado y la muerte agitada de Mary Queen of Scott se centra en su percepción emocional más bien lírica, con algunas canciones, principalmente por ella. Comenzando en la Torre, esperando y recibiendo su sentencia del hacha de la corte inglesa, donde Elisabeth elegí permanecer ausente en persona, volvemos a la llegada de Mary después de un largo exilio en la sofisticada y espléndida corte hedonista de la corte real francesa, donde ella fue criada como una católica, en los ojos de su gente afeminada o incluso depravada, elegante dama acostumbrada al placer, en total desacuerdo con el severo protestantismo escocés de John Knox, así como con el anglicanismo de Inglaterra. No menos rudos y problemáticos, incluso sangrientos, son los asuntos de Mary con Lord Henry Darnley, un favorito dandy nacido en Escocia que Elisabeth le envió, quien se convierte en la esposa consorte infiel de María para darle a Escocia un heredero varón, James Stewart, y con verdadera escocesa Lord Bothwell, que de alguna manera -arreglando, arrestando o casándose con Mary- anhela el poder y la independencia nacional, como la mayoría del consejo real masculino, un pozo negro de intrigas aristocráticas, todos envidiosos de la influencia del músico y poeta italiano David Riccio , también su secretaria privada, supuesto amante -quizá el padre biológico de James- y la voz del Papa. Sin embargo, el mayor jugador de poder en la isla de Albión es Elisabeth I de Inglaterra, que quiere controlar a su espinoso vecino del norte, y no hay malos ejemplos de lucha religiosa o regicidio, ya sea que se trate de tramas o intervenciones militares...