Una sonrisa (1957)

Un hombre baja la escalera exterior del edificio de viviendas; está vestido para salir, teniendo cuidado de ponerse un pañuelo alrededor del cuello. Hace una pausa al pasar por una pequeña ventana que está a la altura de los ojos. Se atreve a mirar dentro y allí hay una mujer joven parada junto a un lavabo, secándose el pelo; la toalla que le tapa el rostro es su única cobertura. El mirón mira fijamente y sonríe; lo interrumpe una puerta que se abre y el ocupante del apartamento saca botellas vacías para colocarlas en el porche. El hombre finge irse, bajando las escaleras, sólo para regresar a la ventana después de que la puerta del apartamento se haya cerrado. Vuelve a mirar por la ventana, donde le espera una sorpresa.