Ángeles del infierno (1968)

Mike (Tom Stern), un ex presidente del club de motociclistas de la pandilla más mala de Riverside, California, regresa a casa como un héroe después de servir en Vietnam. Incapaz de encontrar a su antigua pandilla allí, sigue una pista y encuentra a Smiley (Ted Markland) y al resto en Bakersfield, California, escondidos en la casa de Ginger (Arlene Martel). Bajo la atenta mirada del sheriff Bingham (Jack Starrett), que tenía un "entendimiento" con el presidente anterior, Mike se enfrenta a policías corruptos bajo la supervisión de Bingham. Desafiando, utiliza su experiencia como héroe de guerra para organizar una nueva banda unida de superforajidos. Cuando un miembro es golpeado y asesinado por la policía, se produce una guerra total entre policías y motociclistas.