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En los años treinta del siglo XX, en tiempos de crisis económica, Eda Krahulík (Petr Svojtka), editora de periódicos comunistas, llega a Ostrava para ayudar a organizar una huelga en la mina Hedvika. Del mismo tren se baja también Knor (Jaroslav Moucka), secretario del sindicato socialdemócrata, quien es conocido como un hombre que muy probablemente ayuda a los dueños contra los trabajadores. Eda está en Ostrava de incógnito y, por lo tanto, se esconde en un pub minero en la habitación de una sirvienta Zofka. Al poco tiempo se explica la llegada de Knor -la dirección de la mina empezó a dar aviso-. También es Toník Holas (Ivan Vyskocil), apoyando a su madre viuda, quien recibe el aviso. Toník tiene talento y construyó el trineo de perforación. Como recompensa, el inspector de minas prometió protegerlo del despido. El joven desesperado ahora le recuerda la promesa pero el inspector de minas lo niega todo. En una agitación, Toník lo mata a tiros con el arma de un padre.