The White Lie (1918)

Gordon Kingsley vive feliz con su esposa Dorothy y su pequeña hija Mary Jane. Sin embargo, cuando visita la casa del arquitecto de San Francisco Frank Mason, se sorprende al encontrar un retrato de su propia esposa e hija. Sospechando lo peor de Dorothy, contrata a un detective privado. Poco después, Gordon le pide a Frank que diseñe su nueva casa, y Dorothy, temiendo que él sepa de su asociación con Frank, le pasa una nota a este último organizando una visita privada a su apartamento. Frank, un ladrón reformado, se niega a organizar un robo con sus antiguos cómplices, y cuando son arrestados, uno de la pandilla acusa a Frank de informar a la policía y lo mata. Al llegar a su apartamento, Dorothy asume que Gordon lo mató y está escondiendo el cuerpo cuando entra un detective. Sin saber que Gordon está en la habitación de al lado, Dorothy confiesa que, al no poder tener un hijo, había adoptado en secreto al bebé de Frank en ausencia de Gordon. Aliviado, Gordon perdona a su esposa, mientras que el verdadero asesino es capturado y arrestado.