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El empleado Pavel Simov es un jugador compulsivo.Sus últimos ahorros los pierde jugando y empieza a robar.Ataca a una mujer rica en el parque, agarra su bolso y su abrigo y sale corriendo.La policía lo persigue.Deja los artículos robados con su esposa Rinka.Ella no puede probar su inocencia y es sentenciada como su cómplice.La verdulera Katerina acoge a su hijo Pepi, de tres años, pero luego lo envía a un pesebre ante la insistencia de Rinka.Katerina pone en su cuello una pequeña cruz dejada por su madre.Tres años después, Rinka sale de prisión.En el pesebre, se entera de que el niño ha sido entregado a una madre adoptiva.Rinka, hambrienta, se detiene frente a la panadería de Zoya.Allí trabaja un niño de unos seis años.Se apiada de la mendiga y le da dos bollos por lo que Zoya le da una paliza.Rinka comienza a trabajar en una fábrica de dulces.Una tarde encuentra a un niño durmiendo frente a su casa y reconoce al niño de la panadería.Ella se llena de alegría cuando descubre su propia cruz colgando de su cuello.El niño se queda con su madre.Simov aparece pronto, después de años en el extranjero.Comienza a chantajear a su esposa.Un día, cuando Rinka se niega a darle dinero, él la tira sobre el primus en llamas.Se desató un incendio.Simov huye arrastrando a Pepi.Simov cae sobre la vía del tren.Pepi logra apartarlo segundos antes de que pase un tren.Simov se arrepiente y se entrega a la policía.En la cárcel, un cura lo cuida.Logra transformar a Pavel Simov.Regresa con su familia.Rinka le revela a Pepi que él es su padre.El niño le implora que lo perdone y lo deje vivir con ellos.