Les lutteurs immobiles (1988)

La sociedad de consumo está muerta. ¡Bienvenido a la sociedad de preservación! A partir de su primer año escolar, a los niños se les enseña a amar los objetos, lo que la mayoría de ellos hace. Pero no todos los ciudadanos. Para remediar el problema, las fuerzas de seguridad reprimen a los vándalos, bandas de manifestantes y otros iconoclastas. Y para una mayor eficiencia, los Estados utilizan los servicios de Kief, un científico loco que opera a los prisioneros para emparejarlos con objetos-tótem. Por eso Judith tiene arrugas cuando su ropa está arrugada. Es por eso que la piel del bibliotecario Mikoski se perfora con agujeros cada vez que las ratas roen sus libros...