Hay una palabrota en la película, pero se usa irónicamente. Al recordar sus primeros días de duda, un personaje afirma que "Billy siempre estuvo ahí para mí, maldita sea".
Abuso de sustancias
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Contenido intenso y aterrador
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Hay algunas imágenes inquietantes (principalmente de atrocidades nazis en tiempos de guerra) que alimentan la crisis de fe de un personaje. Él (y el espectador) también ve a un niño que es llevado al hospital en una camilla. El niño y su madre (caminando a su lado) tienen sangre en la cabeza/cara (quizás por un accidente automovilístico).