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Ned vivió una vida feliz cultivando vegetales orgánicos en una granja con su novia hippie y su perro llamado Willie Nelson, pero un incidente no advertido con marihuana en un mercado de agricultores lo lleva a la cárcel. Cuando sale de la cárcel, se va a vivir con sus hermanas. Si bien Ned todavía es feliz, sus hermanas lo son mucho menos después de que su manera honesta pero poco mundana contribuye a las revelaciones que logran exponer la infidelidad en un matrimonio, acciones potencialmente ilegales en una oportunidad de trabajo, deshonestidad en una relación en ciernes y comportamiento moralmente desagradable en una Asociación doméstica. Él ve esos problemas como fallas en la comunicación, pero sus hermanas lo ven como un idiota. La verdad que la audiencia presencia es que, en última instancia, Ned es un catalizador para el bien a su alrededor sin proponérselo conscientemente. El desenlace de la película ve el equilibrio restaurado con un resultado positivo para todos en la familia.