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Imagine los fantásticos sueños que un niño de nueve años debe haber tenido después de escuchar a su padre contarle el cuento de "El hombre del mono": "Hay un hombre aterrador que vive aislado con una chimpancé como su esposa, en algún lugar. Aquí en la isla donde vivimos."Este muchacho se preguntó si era" El hombre del mono "un monstruo que atacaría a cualquiera que se le acercara o era un aventurero salvaje como Tarzán. Como se podría imaginar, esta historia se mantuvo con el niño durante toda su infancia, ya que quedó intrigado por muchas preguntas sin respuesta. Ese joven es ahora el cineasta David Romberg. El misterio de esta historia lleva a David a su hogar de la infancia en la selva montañosa de Ilha Grande, Brasil, para buscar al Hombre del Mono. En este viaje, David, cuya familia es de ascendencia judía, descubre sorprendentemente que muchos en la isla creen que "El hombre del mono" es un nazi escapado. También llega a descubrir que la isla, que era un refugio para el padre del cineasta después de huir de la persecución política en Argentina durante la década de 1970, paradójicamente fue el hogar de una prisión para disidentes políticos brasileños durante ese mismo período. En este documental personal, surgen extraños paralelos entre la gente, los lugares y las historias de Ilha Grande. El viaje único de David recorre las huellas que llevaron a su padre y al "Hombre del mono" a la misma isla remota en busca de santuario. La película enfrenta las fantasías de la infancia de David con realidades complejas que son más fascinantes que aterradoras, y contrasta el poder del mito con las complejidades de la realidad.