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Hisashi fue una vez miembro de una pandilla de motociclistas. Ahora juega pachinko todos los días con su novia Junko. Tiene la costumbre de "soplar" diluyente de pintura. Sus deudas se acumulan todos los días. El viejo amigo de Hisashi de la pandilla, Ozawa, es un usurero. Él persuade a Hisashi para que se una a su plan fácil de hacer dinero, "¡Deja de inhalar diluyente de pintura y obtén grandes ganancias conmigo!" La vida sin salida de Hisashi se compone de las mismas cosas que simbolizan el Japón rural contemporáneo: clubes de karaoke, salones de pachinko, cajeros automáticos y tiendas de descuento a lo largo de una carretera. En este lugar ordinario que es como cientos de otros pueblos pequeños en Japón, Hisashi ve la oscuridad. Oscuridad que está fuera del alcance de las luces de neón a lo largo de la carretera. En el vacío de esta oscuridad, la vida se repite sin cesar. Hisashi tiene un flashback de un viaje con diluyente de pintura que tuvo una vez. La alucinación lo tienta al otro lado. Atormentado, se pregunta a sí mismo: "¿Realmente puedo ir?".