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Bruno S., hijo no deseado de una prostituta, fue golpeado tan brutalmente por su madre a los 3 años que quedó temporalmente sordo. Esto lo llevó a ser internado en una institución mental; pasó los siguientes 23 años en varias instituciones, a menudo violando la ley. A pesar de este pasado, fue un pintor y músico autodidacta; si bien estas eran sus ocupaciones favoritas, también se vio obligado a aceptar trabajos en fábricas como conducir una carretilla elevadora. El director Werner Herzog lo vio en el documental Bruno the Black - One Day a Hunter Blew His Horn (1970) y se comprometió a trabajar con él, lo que lo llevó a sus papeles principales en The Enigma of Kaspar Hauser (1974) y Stroszek (1977). Sin embargo, era muy difícil trabajar con él, a veces necesitaba varias horas de gritos antes de poder hacer una escena.