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Legendaria cantante, actriz, comediante y compositora que comenzó su notable carrera en el entretenimiento a los 12 años. En realidad, "Blanquita" nació entre bastidores en un teatro de San Sebastián mientras su padre actuaba al frente. Pertenecía a una familia que había estado en el mundo del espectáculo durante varias generaciones. Su padre era barítono y su madre cantaba en el coro de varias compañías de zarzuela, mientras que su abuelo era apuntador en el Teatro Apolo. Su hermana menor, Cándida Suárez, fue una reconocida soprano cuya carrera alcanzó su apogeo en las décadas de 1930 y 1940. Alegre, inteligente y versátil, "Blanquita" se convirtió en el niño mimado del entretenimiento español en las dos primeras décadas del siglo XX y todavía se recuerda como un símbolo de esa época. Lo hizo todo: obras de teatro, revistas musicales, operetas, zarzuelas, pero se destacó en su espectáculo unipersonal donde cantó arriesgados "cuplés" con su entrega carismática y su infalible sentido del humor. Sus actuaciones siempre complacieron al público, ya que sabía cómo llegar a un público que a menudo incluía aristócratas, políticos, intelectuales y artistas de todas las tendencias. Uno de sus mayores admiradores fue el pintor Pablo Picasso, quien finalmente le pidió que posara para él. La colaboración produjo varios bocetos y el famoso óleo "Blanquita Suárez" (1917) que se ha comercializado a través de varios productos, entre ellos los siempre populares "Pañuelos de seda Blanquita Picasso". La pintura original se exhibe en el Museo Picasso (Museu Picasso) de Barcelona. Durante los rugientes años 20, Blanquita se dejó llevar por el espíritu de la época que era evidente en su estilo de vida. Se convirtió en la típica flapper, libre e independiente, sin tener en cuenta todas las convenciones sociales. Su acto quedó imbuido de esas influencias, por lo que fue percibida como una artista de vanguardia y su audiencia femenina la vio como un símbolo. En 1928 dio a luz a una hija fuera del matrimonio llamada Teresa que fue criada por su padre biológico Juan Mora en Barcelona. El impacto de Blanquita Suárez también cubrió la industria discográfica y dejó una importante discografía que incluye algunos de sus grandes éxitos como "Señores, venga alegría", "La manicura moderna", "Chotis de la gasolina", "Cuplés de Nueva York", " La niña pera ", así como algunas de sus propias composiciones como" Don José ", y el emblemático" Fado Blanquita "escrito para ella por el autor Álvaro Retana con letra de Rafael Adam Balges. Sin embargo, la carrera cinematográfica de Blanquita no fue tan gratificante como sus triunfantes logros en el escenario y los discos. Apareció en "La verdad" (1917) y "Fabricante de suicidios" (1928), ambas películas mudas que nunca pudieron capturar la inmensidad de su talento. El hecho es que tenía demasiada demanda de actuaciones en el escenario como para perder un tiempo valioso en el cine, que consideraba una "novedad silenciosa". Cuando las películas sonoras llegaron a España, a Blanquita se le ofrecieron principalmente papeles secundarios en algunas películas, una clara señal de que su estrella se había ido desvaneciendo a un ritmo alarmante. A pesar del bajo valor que la industria cinematográfica le dio a su nombre, siguió siendo un gran atractivo en los cines durante los años 30 y 40 debido principalmente a su fama y reputación como gran artista. A medida que se acercaba 1950, Blanquita vio menos ofertas de trabajo en su tierra natal, pero siempre fue solicitada en Barcelona en El Paralelo, el distrito de los teatros de la ciudad donde todavía la consideraban la indiscutible "Reina del Paralelo". Blanquita actuó a menudo en el legendario El Molino, aunque tuvo que compartir escenario y protagonismo con otros artistas. Durante la última década, había cambiado su actuación haciendo hincapié en la comedia sobre el canto directo y el cambio agregó algunos años más a su carrera. En 1958 interpretó el papel de una anciana indignante cantando uno de sus éxitos en la película "La violetera". Según el guión, mientras canta, un público rebelde la abuchea y la abuchea fuera del escenario. Antes de irse, logra un momento de verdadera hilaridad cuando saca la lengua a los que interrumpen. Fue un minuto de verdadera diversión Blanquita y por esta época le dijo a un reportero "Soy una artista. Por fuera he cambiado mucho, pero por dentro sigo siendo la misma". Continuó actuando principalmente en El Paralelo incluso cuando su salud comenzó a fallar. Blanquita no consideró jubilarse y admitió públicamente que había hecho una fortuna cuando era joven pero que nunca había ahorrado dinero, por lo que se vio obligada a continuar. En 1970 ya no podía ignorar su deterioro físico y anunció su retiro. Primero siguió pagando un piso en Barcelona pero después de un par de años se mudó a una residencia de enfermería en Madrid. Salió de su retiro en diversas ocasiones para asistir a homenajes organizados por instituciones culturales oficiales. Blanca Sárez, la querida "Blanquita", falleció silenciosamente en 1983 de un paro cardíaco.