Bambi: "¿Para qué la voy a ver si me hace mal?"

Creo que hay heridas generacionales que son comunes y otras que trascienden.

Las películas de animales suelen ser de las peores y mejores para llorar a moco suelto. Al menos eso me pasa a mí, por eso no suelo ver demasiadas y en mi vida tengo como máximo 5 que he soportado, entre ellas está Bambi.

Es una historia dirigida a niños que comienza con la muerte de la madre del bebé ciervo y que nos deja a todos con un trauma común que, aunque pasen los años, no olvidamos. Hablar de esta película o recordarla para la generación Millennial no es un recuerdo bonito, pero para mi sorpresa, este trauma ha trascendido a las generaciones más jóvenes.

De hecho, según datos de encuestas recientes, Bambi se ha posicionado como una de las películas más impactantes para los espectadores de todas las edades. Su representación emocionalmente resonante de la pérdida y el duelo ha tocado los corazones de millones de personas en todo el mundo.

Entonces, ¿por qué nos sentimos atraídos una y otra vez por las películas que nos hacen llorar? La ciencia nos dice que hay varias razones. Por un lado, las películas que provocan emociones intensas, como la tristeza, liberan endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", que nos hacen sentir bien después de llorar. Además, estas películas nos permiten procesar y canalizar nuestras propias emociones, lo que puede ser catártico y terapéutico.

Hace unos años, conocí por primera vez a la hija de un amigo. Esta niña, con apenas 5 años, era un "avión". Hablaba hasta por los codos y en una de esas largas conversaciones comenzamos a hablar de sus películas favoritas de Disney. Repasamos varios títulos, algunos más recientes y que yo no había visto, así que la llevé a mi terreno: "¿Has visto Bambi?" ... Hubo una pausa.

"No, porque si me va a hacer llorar, ¿para qué la quiero ver?" Quedé muda.

No sé si fue porque sentí que ella había entendido todo o porque esa niña tenía más inteligencia emocional que todos los que estábamos ahí o por la confirmación sobre que este trauma está pasando de generación a generación.

Hay personas que han visto películas de animales una y otra vez. Que vuelven a ese trauma una y otra vez y esta niña marcó su límite: si me va a hacer llorar, no lo quiero. En mi caso, lo entendí tarde, luego de ver varios títulos como "Liberen a Willy", "Mi amigo el Dragón", "ET" (que si bien no cuenta como animal, para mí es lo mismo). Estas películas realmente me afectan tanto que he renunciado a ellas de forma casi definitiva. Si eres de los que puede relacionarse mejor con los animales que con las personas, me entenderás.

El cine es maravilloso y nos traslada a muchos lugares e historias distintas. Nos ayuda a entender cosas de una forma poética y a veces de una forma muy cruda y real, pero todavía me pregunto ¿por qué hacer de la historia de un bebé reno que queda huérfano por causa de un cazador, un material para niños? Te dejo a ti para que lo respondas. 👇