De Acapulco, Gro, México para el mundo entero:
Vidas pasadas es la opera prima de su directora Celine Song, quien nos entregó una película que se sale del molde tradicional del ‘Amor romántico’ que nos han vendido por siglos en la televisión, cine, medios de comunicación, etc; Vidas pasadas, tiene planos que no terminan de suceder porque no sabes qué pasará, es decir, nuestro cerebro en automático imagina que el actor o actriz dirá ciertos diálogos y oh sorpresa, no es así y eso es lo innovador de esta película ‘el realismo humano’, y que tristemente no se llevo nada esta temporada, pero que sin duda fue una digna contrincante a ganar en mejor guión original, y bien nos cuentan la historia de dos personas coreanas que se ven obligadas a separarse desde la adolescencia, dejando inconcluso un amor de esos que te marcan de por vida; vemos que pasa el tiempo y se vuelven a reencontrar gracias a las redes sociales donde ya sus vidas comienzan a profesionalizarse, y por otro lado donde sus horarios interfieren en este mágico pero realista reencuentro. Después vuelve a pasar más el tiempo sin verse, el contacto es casi nulo para entonces tener ese momento dónde él va a buscarla a otro país, E.E.U.U., y notamos que ella (con menos aspiraciones y algo resignada) está casada con un gran hombre, del cual como espectadores no sabemos mucho, pero por las conversaciones que tienen, es un personaje racional y totalmente comprensivo, porque sabe que su esposa pronto verá a un antiguo amigo por quien siente un amor puro (del cual niega sentir), además él mismo, el esposo, se cataloga como el villano porque sabe que de no estar casado con ella, podrían estar juntos.
La escena del bar es fantástica, se dicen todo lo que pudieron decirse, más no todo lo que querían decir, con el marido a un lado, y la pareja protagónica declarándose su amor de una forma poco convencional, mirándose como una primera y última vez, desbordandose de emociones y a la vez conteniendose porque SE RESPETAN TANTO y me parece la cultura del país donde son influye mucho, ambos provenientes de Corea, un país que valora el honor y a la familia. Y luego vemos, que abordan un concepto ‘In-Yun’ relacionado a las vidas pasadas, brotando el entendido que se han encontrado antes y tal vez, en las próximas vidas consigan estar juntos, porque sin duda sus almas están conectadas. En conclusión, es una película que habla del respeto en el amor, y de cómo este es la base para tener relaciones sanas, porque por un lado el esposo no es una persona celosa ni tóxica, sino por el contrario, le da totalmente apoyo y empatía a su esposa que se reencontró con alguien con quién pudo tener un amor realizado. Y por otro lado, una pareja de amigos coreanos que cuidan sus palabras para no incomodarse mutuamente, suavizando ese instante que pide a gritos un beso apasionado y que nunca sucede y quien sabe, quizá en otra vida compartan un mismo camino.
Esta cinta es un claro ejemplo de la destrucción o disrupción creativa por la que está atravesando el cine, y donde ganamos todas y todos por la nueva etapa de reinvención. Sigamos construyendo el debate y abriendo aún más la conversación.
GRACIAS POR LEERME. ESCRIBO PARA TI, QUERID@ LECTOR@. DISFRÚTALO. HAGAMOS COMUNIDAD. ESPERO TE LLEVES ALGO QUE TOQUE TUS FIBRAS, SI ES ASÍ, EL CINE, TÚ Y YO, GANAMOS. BONITO DÍA.
Ahora vuelve a leer mientras disfrutas de esta hermosa melodía…
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