Durante esta primera mitad de un 2023 plagado de grandes estrenos, blockbusters de Hollywood y películas evento como The Super Mario Bros. Movie o Barbie se ha notado cierto renacer en la industria, sin embargo, como todos los años, siguen quedando muchos títulos que se quedan sin la atención necesaria por su menor presupuesto, campaña publicitaria o accesibilidad para el público general. Por suerte, para eso estamos la gente que hablamos de cine: para recomendar cosas a las que no habías prestado mucha atención entre todo el ruido de los super taquillazos americanos. Aquí van cinco películas de este 2023 que tienes que ver:
1. 20.000 Especies de abejas.
El cine español, especialmente el independiente, ha tenido un renacer muy interesante en los últimos años tras la pandemia. Una nueva oleada de directoras ha traído una nueva tendencia hacia la sensibilidad, al naturalismo, al drama familiar y a la inclusión al cine español y cada año parecen haber nuevos grandes debuts. El año pasado ya vimos grandes obras de este estilo como La maternal de Pilar Palomero o Cinco Lobitos de Alaudia Ruiz de Azúa. Este año le ha tocado a Estíbaliz Urresola, directora ya experimentada en el campo de los cortometrajes.
20.000 Especies de abejas es un maravilloso retrato de una niña transexual que viaja al pueblo con su familia y allí empieza a cuestionarse su identidad y el porqué de que esta cause tantos problemas en su familia. Es una película con un aura de realismo mágico, pero siempre muy cercana a la realidad desde el frágil punto de vista de la niña protagonista y en ocasiones de su madre, quién también por su parte tiene que lidiar con no entender lo que su hija quiere expresar y con el rechazo por parte de la familia. El trauma familiar y generacional está a la orden del día así como la constante confusión de los personajes al no saber poner un nombre a la verdadera identidad de la niña, como dice uno de los diálogos más bonitos de la película, pero siempre con un fino equilibro entre la delicada mirada infantil y el drama adulto. Puedo garantizar que no veréis una interpretación infantil así en todo el año.
2. Retorno a Seúl.
Ignorada por los Óscars, esta película camboyana pero de carácter internacional fue una de las sensaciones internacionales de principios de año. En esta historia Freddie es una mujer que vuelve a Corea del Sur para reencontrarse con sus orígenes, ya que fue dada en adopción de pequeña y ha pasado toda su vida en Francia. El director, Davy Chou, tiene dos largometrajes muy poco conocidos pero con este ha dado un salto muy importante y es que hace una cosa muy curiosa: construye la película alrededor de la actriz principal, Park Ji-min, quién es exactamente la protagonista de la película. Chou construyó el personaje de Freddie a partir de su actriz y gracias a esto saca una interpretación eléctrica de su protagonista: borde, cómica, dramática, sensual y simpática, y parece que ni esté actuando.
La película es toda una montaña rusa que comienza como una comedia con tintes dramáticos y poco a poco va virando hacia un drama familiar que se va haciendo más amargo con cada escena que pasa. A partir de cierto momento, las elipsis invaden el relato y se convierte en un caos impredecible en el que seguimos a nuestra protagonista en diferentes etapas de su vida, como si fueran viñetas de distintos cómics. En el fondo, Retorno a Seúl es una profunda búsqueda por encajar allá de donde sientes que eres y todas las vueltas que se dan hasta conseguirlo, y aun así no terminar de conseguirlo del todo.
3. Suzume.
Sí, se que esta seguramente la haya visto más gente que las dos anteriores, pero es que creo que sigue sin ser suficiente. Makoto Shinkai, autor de uno de los mejores animes de la última década con Your Name, vuelve con su fórmula entre fantasía y romance con una película fascinante de principio a fin. Suzume es una joven que siguiendo a un misterioso hombre acaba envuelta en una misión por salvar Japón de unas misteriosas puertas que provocan catástrofes. No puedo comentar mucho más, pero ya desde el comienzo, con la animación pluscuamperfecta de Shinkai y la pequeña magia de sus protagonistas, jóvenes envueltos en una aventura misteriosa pero a la vez romántica y llena de significado, la película te engancha.
Sus pequeñas dosis de humor, a veces más visual que otra cosa, encajan a la perfección dentro de una especie de road trip por la costa de Japón que no quieres que se acabe nunca por la sensación de nostalgia que te deja cuando lo hace. Un viaje de autodescubrimiento, de superación de la infancia, de madurez, de sanar traumas individuales y colectivos a través de la introspección y del amor. Una auténtica oda a la juventud y a la vida por encima de las circunstancias.
4. Misántropo.
Soy consciente de que en Latinoamérica si ha tenido más reconocimiento, pero desde España, puedo decir que no he oído a nadie hablar de ella. La nueva película del director más querido de Argentina, Damián Szifron, es su debut en Hollywood y en el cine estadounidense. Misántropo cuenta como una joven policía junto con su superior investigan una serie de brutales y maquiavélicos asesinatos en Baltimore. No me extraña que la película haya pasado desapercibida en los Estados Unidos a pesar de Shailene Woodley y Ben Mendelsohn, y es que Szifron ha puesto toda la carne en el asador para construir uno de los relatos actuales más críticos con la sociedad estadounidense que recuerdo.
Con Zodiac de David Fincher como clarísima inspiración para este thriller policial, Szifron dirige de manera muy clásica, con momentos que me recuerdan incluso al retrato político que hacía Harry el sucio de su época. El fuerte, como en todas las película de Szifron creo yo, está en el guion. Un guion mordaz con ideas muy frescas y con muchas inspiraciones diferentes. La crítica en este caso no pasa por monólogos (hasta el final) ni explicaciones textuales, sino por un tour por la América paranoica en la que encontrar un asesino en serie es como encontrar un clavo en una ferretería. El capitalismo extremo y la inmadurez de la policía, de la administración y de los medios de comunicación como auténticas fábricas de violencia y traumas.
5. El maestro jardinero.
Admito que esta no es para todo el mundo. Paul Schrader, guionista de Taxi Driver, cierra su trilogía de los hombre solitarios, formada junto con El Reverendo y El contador de cartas, con El maestro jardinero. En esta, un dedicado jardinero, Narvel Roth, tiene como tarea instruir a la sobrina de la dueña del jardín en el arte de la jardinería, pero ella acaba por destapar el violento pasado de Narvel. Otra película más de Schrader sobre la soledad y la alienación de un hombre sin pasado dejado a la deriva, tratando casi inútilmente de reencontrarse a sí mismo a través de un trabajo. En esta, Schrader no copia Pickpocket de Robert Bresson, como ya lo ha hecho en tres de sus otras películas, pero hace algo más bonito.
Usando las flores como metáfora del crecimiento personal y de los brotes de felicidad, Schrader traza una redención difícil y polémica con momentos muy arriesgados pero que, en mi opinión, funcionan bien dentro de la torturada vida de nuestros protagonistas. Schrader además muestra ser más romántico de lo que se le suele reconocer, y es que esta no es tanto una película de hombres al borde del precipicio sino sobre un hombre que consigue encontrar a alguien que le acompañe por ese borde, solo hace falta ver ese maravilloso último plano. Si esto no os llama la atención, entonces verla aunque sea por lo poco que se le sigue reconociendo a Joel Edgerton el actorazo que es.
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