Crianças vendem se (2010)

Brasil tiene mucho más que ofrecer que playas increíbles y una belleza notable. Los numerosos barrios marginales son deshonrados por el tráfico sexual de niños, cientos de miles de niñas y niños son comprados, vendidos o secuestrados cada año. Forzados a tener relaciones sexuales o, increíblemente alentados por sus padres, estos niños son víctimas de abusos severos. “Me fui de casa a los 10 años. Mi padre abusaba de mí”, explica Juliana, que se vende desde los 12 años. El desempleo y la pobreza son extremadamente altos en Brasil, cuando un hombre suizo mucho mayor le ofreció a Rosangela un trabajo de limpieza, le resultó difícil rechazarlo, sin saber que estaba a punto de ingresar al mundo de la trata a la edad de 17 años.