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Vaudevillian, cantante y bailarín, mago del espectáculo de tiendas de campaña y malabarista Bert Kalmar se dedicó a escribir parodias para el escenario después de que una lesión en la rodilla pusiera fin a su carrera. Sin embargo, a instancias del compositor Ted Snyder, pronto puso en práctica sus talentos como escritor de canciones populares. Un encuentro casual con el pianista y el "plugger de canciones" Harry Ruby en Snyder & Waterson, una editorial de Tin Pan Alley, llevó a lo que se convertiría en una asociación famosa. A partir de 1918, Kalmar y Ruby produjeron numerosas canciones exitosas, entre ellas "Three Little Words", "I Want to Be Loved By You" (famoso por Marilyn Monroe en Some Like It Hot (1959)), "Who's Sorry Now" ( de A Night in Casablanca (1946), también un gran éxito de 1958 para Connie Francis), "A Kiss to Build a Dream On" (que aparece en Sleepless in Seattle (1993), y muchos, muchos más. Antes de mudarse a Hollywood en 1930, el equipo realizó prodigiosos bocetos para los espectáculos de Broadway, como Vanities, de Earl Carroll, y también proporcionó partituras para comedias musicales. Formaron una asociación particularmente provechosa con The Marx Brothers, comenzando con Animal Crackers (1930) (versiones para escenario y pantalla). La canción "Hurra por el capitán Spalding" se convertiría en el himno personal de Groucho Marx en las próximas cuatro décadas y en una valiosa fuente de regalías para Kalmar & Ruby. Además de sus canciones, el dúo también inventó los complots de Madcap para Horse Feathers (1932), Duck Soup (1933) y la farsa de Eddie Cantor The Kid from Spain (1932). Aunque la asociación se mantuvo hasta bien entrados los años cuarenta, sin duda había sufrido altibajos. Estos se detallaron en parte en el biopic musical Three Little Words (1950), en el que Kal Astelé (que había muerto tres años antes) fue interpretado por Fred Astaire y Ruby por Red Skelton. Los valores de producción fueron máximos, los números musicales fueron magníficamente representados. En cuanto a la historia, bueno, eso fue pura ficción de Hollywood. Desde la supuesta separación por una trivialidad, hasta la reconciliación afectada por las esposas de Kalmar y Ruby, todo fue material estrictamente de fórmula. Sin mencionar el baile (brillantemente, como siempre) de Astaire (que el verdadero Kalmar con su trasero hubiera tenido dificultades para hacer). Al final, todo lo que realmente importa es la popularidad perdurable de las canciones y la combinación fortuita de talento que las creó.